Precalentar el horno a 190°C (375°F). Forrar una bandeja para hornear con papel pergamino.

Batir la mantequilla y los azúcares: En un tazón grande, batir la mantequilla ablandada con el azúcar granulada y la azúcar morena hasta que la mezcla esté suave y esponjosa. Esto tomará aproximadamente 3-5 minutos con una batidora eléctrica.

Agregar los huevos y la vainilla: Agregar los huevos uno a la vez, batiendo bien después de cada adición. Incorporar el extracto de vainilla.

Combinar los ingredientes secos: En un tazón aparte, mezclar la harina, el bicarbonato de sodio y la sal.

Combinar ingredientes húmedos y secos: Agregar gradualmente los ingredientes secos a la mezcla húmeda, batiendo a baja velocidad hasta que estén apenas combinados. No sobremezclar.

Agregar la mantequilla de maní: Incorporar la mantequilla de maní hasta que esté completamente mezclada. La masa será pegajosa.

Formar las galletas: Usando una cuchara o una bola de helado, formar bolas de masa de aproximadamente 2-3 cucharadas cada una. Colocar las bolas en la bandeja para hornear preparada, dejando espacio entre ellas. Aplastar ligeramente cada bola con un tenedor, creando un patrón cruzado.

Hornear: Hornear durante 9-11 minutos, o hasta que los bordes estén ligeramente dorados. Dejar enfriar las galletas en la bandeja para hornear durante unos minutos antes de transferirlas a una rejilla para que se enfríen completamente.